martes, 13 de octubre de 2009

Tras la operación y el parto

Bueno, han pasado cuatro meses desde que nacieron los mellizos y desde la operación de mi madre.

Definitivamente no estamos programados genéticamente para tener hijos de dos en dos, tengo clarísimo que es una anomalía genética…Pero es lo de siempre, supongo; los hijos molan tanto que acabas por hacer los esfuerzos más inverosímiles por ellos. De esta frase deduciréis los extraterrestres que leáis esto, que para mí inverosímil es dormir poco. Por lo demás no nos podemos quejar en absoluto, así que no lo voy a hacer.

La operación de mi madre ha sido todo un éxito, pero a estas alturas tengo una duda bastante gorda, y es que no sé si nos valdría más ser un coche de última gama que una persona de carne y hueso, a aquellos creo que se les dispensa un atención bastante más pormenorizada y detallada que a nosotros. En cualquiera de los dos casos, los profanos en la materia (tanto en mecánica como en medicina) estamos vendidos por muchos “conocimientos básicos que tengamos”, es decir, si el mecánico te vende que lo que falla es "el buje de la junta la trócola" te va a costar Dios y ayuda desenmascarar el embuste, si es que lo es…Pues lamentablemente tengo que decir que después de la operación me confirmo en esta sensación que ya tenía respecto a nuestros flamantes servicios médicos.

Si el neurólogo tras la operación “nos vende” que de nada serviría hacer un seguimiento diario de los electrodos implantados en el cerebro de mi madre (que por otra parte han quedado de maravilla por lo que parece) pues los cambios necesitan de al menos un mes para evaluarse, pues toca aguantarse y quedarse con esa copla, por más que a mi madre cada cambio le suponga un desajuste horrible entre los periodos de on y off y en su intensidad. De nada te sirve que te resulte sospechoso que el neurólogo haya pasado de tener en el centro al que vamos dos consultas en vez de cuatro y que la disponibilidad de citas para verle sea precisamente más o menos mensual. No puedo evitar pensar que quizás fuese bueno que se evaluase su estado pocos días después de un ajuste de los electrodos, pero como desconozco "la junta la trócola"…pues sólo me queda encima dar gracias porque a pesar de todo mi madre es funcionaria y a través de la Mutua tiene acceso a una seguridad médica privada, y por lo tanto en eso una privilegiada.

Mientras tanto aguanto ver a los responsables de la sanidad en la CAM, del primero al último, decir que nuestra sanidad cada vez va mejor. He decidido que por ahora esta es una batalla perdida, por suerte para ella la inmensa mayoría de la población no está habitualmente envuelta en problemas médicos graves, y por lo tanto para ellos este es un problema menor que les estallará más temprano que tarde en las narices, para entonces será tarde, y ellos serán parte a su vez de la minoría que sufre las reducciones de calidad en el sistema sanitario, mientras otros más jóvenes y sanos serán en ese momento la mayoría que se crea los embustes mal o bienintencionados de los responsables.

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